Las claves genéticas de siete enfermedades

El objetivo, descubrir las bases genéticas de siete patologías crónicas frecuentes: el trastorno bipolar, la enfermedad coronaria, la hipertensión, la enfermedad de Crohn (un trastorno intestinal), la artritis reumatoide, la diabetes tipo 1 y, por último, la tipo 2.
El trabajo es "innovador en varios aspectos. No sólo confirma la implicación de algunos genes en una enfermedad, sino que también identifica varios nuevos genes que afectan a la susceptibilidad de enfermedades comunes. Es más, define un exitoso e instructivo enfoque para exámenes genómicos a gran escala", resume en un artículo sobre el tema Anne M. Bowcock, de la División de Genética Humana de la Universidad de Washington (EEUU).
Escaneado
Los investigadores han identificado a los culpables por 'simple' asociación. Primero, escanearon el ADN de los participantes (2.000 enfermos para cada dolencia y 3.000 personas sanas) para ver con qué frecuencia su genoma contenía medio millón de marcadores genéticos (los llamados SNPs, cambios 'sencillos' en diferentes posiciones de la cadena de ADN). Algunas de estas variantes resultaron más comunes en los pacientes.
Los SNPs se tomaron como una suerte de 'representantes' de la secuencia de ADN que les rodeaba, de manera que lo que se ha localizado son las zonas del genoma en las que están los cambios relacionados con cada enfermedad. "Mientras las señales de asociación detectadas pueden ayudar a definir regiones de interés, no pueden proporcionar una identificación clara de los genes causales. De todos modos, la evaluación de los candidatos tiene considerable peso y nos permite apuntar pautas y mecanismos de particular interés", aclaran en su artículo.
En concreto, el consorcio ha identificado 24 regiones genéticas (12 de ellas, hasta ahora desconocidas) implicadas en las enfermedades seleccionadas: una con el trastorno bipolar, otra con la enfermedad coronaria, nueve con la enfermedad de Crohn, tres con la artritis reumatoide, siete con la diabetes tipo 1 y, por último, tres vinculadas a la del adulto (diabetes tipo 2). El séptimo enemigo analizado, la hipertensión, no demostró tener una base genética de peso.
La enfermedad coronaria y la diabetes juvenil (las enfermedades que muestran una mayor acumulación por familias, según los autores) eran las que presentaban las asociaciones más significativas. El estudio también muestra que algunas de estas enfermedades tienen lazos comunes. Varias regiones genéticas "parecen influir en la susceptibilidad de múltiples enfermedades autoinmunes" y, de hecho, la enfermedad de Crohn y la diabetes tipo 1 tienen un gen en común, uno de los resultados más destacables, según John Todd, de la Universidad de Cambridge.
Sin miedo
Sin embargo, el estudio también confirma que no todo está escrito en los genes y, mucho menos, en un solo gen. "Las nuevas variantes que hemos descubierto están caracterizadas por un efecto modesto (el riesgo se multiplica entre 1,2 y 1,5 veces) e incluso es posible que estos cálculos estén inflados. No encontramos ninguna variante de gran efecto (...), lo que sugiere que, para cualquier enfermedad, habrá pocos (si no ningún) grandes efectos, y una serie de efectos modestos y un número sustancial de genes que generen un aumento del riesgo de la enfermedad pequeño o muy pequeño", escriben los autores en 'Nature'.
El matiz no quita peso a sus hallazgos, pues "incluso variantes con un efecto muy pequeño pueden ofrecer claves biológicas fundamentales", añaden. "Al identificar los genes que subyacen a estas enfermedades, nuestro estudio permitiría a los científicos comprender mejor cómo se produce la enfermedad, qué gente tiene más riesgo y producir a tiempo tratamientos más eficaces y personalizados", dice Peter Donnelly, director del Consorcio.
"Las nuevas estrategias preventivas y los nuevos tratamientos dependen de una comprensión detallada de factores genéticos, conductuales y medioambientales que conspiran para causar una enfermedad", añade Mark Walport, director de la Wellcome Trust.
La utilidad de esta investigación no termina ahí. El consorcio "ha generado una amplia base de datos de genotipos para futuros estudios de enfermedades comunes en la población británica", escriben los autores. Los datos estarán públicamente disponibles (á través de la página web del consorcio), así que "serán una fuente útil para otros grupos y consorcios que se embarquen en similares esfuerzos investigadores".